No pienso apartar el café para las noches,
para no derrarmarlo en otros lunares
y no procurar más antigüedades comunes.
Porque me pueden los anónimos,
las sentencias de sal,
mariposas tradicionales
y un llenavacío que no termina por cumplirse.
Las maletas no se hicieron para mí.
Sólo sé de una estación de lluvia,
una crema de tebesolospies,
velitas para adornarme los sueños
y unas manos para taladrarme las ganas.
Coleccionar ausencias/adioses/
tienen mucho que ver con mi boca.
Los huequitos esperan trampas,
luna hecha de queso