Estaban mis ojos mirando fijo a la sensual boca con la que devoraste pieles y bebiste humedos placeres.
Mis pupilas como un sol, ardiendo lentamente. Por eso me veías hermosa. Te hacía dibujarme cada espacio desde los entresijos de la memoria. Sabes que tus imágenes se prenden fuerte, sujetando de lado a lado tus historias, como quien se aferra al placer entre las piernas de la noche.
Contemplo la belleza de los cuerpos y su vaivén, penetrando profundamente en los detalles, con tu voz que va de principio a fin colocándome al fondo de la habitación donde me vuelvo una amante invisible.
Puedes entrar y salir de mi universo, tal como te hundias en sensaciones, levantando tu rostro para respirar y repetir.
La luz descendía alrededor, ocultando las confesiones de labio a labio. Habiamos cerrado este capítulo con la promesa de verte otra vez y permitir que tú voz resuene en todos los sueños, hacía los confines de mi mente.
Venus está brillando, yo caigo en mi lecho arqueando la espalda, siguiendo las señales.
Te abrazo para Seguir nuestro camino.